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| Legislatura: 1860-1861 (Cortes de 1858 a 1863) |
| Sesión: 6 de julio de 1860 |
| Cámara: Congreso de los Diputados |
| Discurso / Réplica: |
| Número y páginas del Diario de Sesiones: n.º 28, 386, 387 |
| Tema: Abusos en el modo de llevar a efecto el empréstito político de la Santa Sede |
El Sr. SAGASTA: Pido la palabra.
Si el Sr. Presidente me lo permite, desearía hacer una pregunta al Gobierno....
¿Tengo la palabra, Sr. Presidente?
El Sr. PRESIDENTE: Si el Sr. Presidente del Consejo de Ministros quiere usar de su derecho, puede hacerlo.
El Sr. Presidente del CONSEJO DE MINISTROS (duque [386] de Tetuán): El Gobierno no tiene dificultad en que el Sr. Diputado que ha pedido la palabra, haga la pregunta que desea.
El Sr. PRESIDENTE: El Sr. Sagasta tiene la palabra.
El Sr. SAGASTA: ¿Tiene el Gobierno noticia de los medios que se vienen adoptando para llevar a cabo el empréstito político que tiene por objeto sostener al Papa en su poder temporal?¿ Sabe el Gobierno que en algunos templos del Señor, en vez de predicar su doctrina, se predica constantemente la necesidad de ese empréstito, y llevando en esto la exageración hasta el punto de amenazar con excomunión al que no contribuya a él, pugnando de esta manera con el espíritu altamente religioso de este país, y olvidando de este modo que Jesucristo, al expulsar a latigazos a los mercaderes del templo, no quiso que éste se convirtiese en una especie de mercado......
El Sr. PRESIDENTE: Sr. Diputado, sírvase V. S. indicar sólo el objeto de la pregunta, no desenvolverla.
El Sr. SAGASTA: Estoy preguntando; no he salido todavía de la pregunta, Sr. Presidente.
El Sr. PRESIDENTE: Es que la está V. S. explanando.....
El Sr. SAGASTA: Estaba diciendo si el Gobierno tenía
El Sr. PRESIDENTE: La pregunta tiene que concretarse a un punto determinado: dígalo V. S., y el Gobierno contestará.
El Sr. SAGASTA: No sé cómo he de hacer use del artículo del Reglamento en que se dice que explícitamente se ha de manifestar la pregunta.
Pues bien: la pregunta explicita es ésta: ¿sabe el Gobierno que en las iglesias se está proclamando, en vez de la doctrina de Jesucristo, la necesidad de ese empréstito y hasta se llega a indicar que el que no contribuya a él será excomulgado?¿Sabe el Gobierno que en las puertas de los templos algunos curas acompañados de los alcaldes y varios diputados provinciales están pidiendo a los que entran al templo que tomen participación en este empréstito? ¿Sabe el Gobierno que varias juntas parroquiales de beneficencia hacen lo mismo, y van de casa en casa comprometiendo a los vecinos para contribuir a este empréstito, privando de esta manera a los pobres de los socorros que se les habían de dar?
Yo desearía pues que el Gobierno, si lo cree conveniente, dijese si está dispuesto a tolerar tan incalificables abusos, o si por el contrario se propone impedirlos como es de su deber y por los medios que puede y debe emplear.